Encuentran Docenas De Antibióticos En El Cuerpo Humano (sin Relación Con El Sistema Inmunológico)

Encuentran docenas de antibióticos en el cuerpo humano (sin relación con el sistema inmunológico)

Encuentran docenas de antibióticos en el cuerpo humano que no están relacionados con el sistema inmunológico y podrían usarse para combatir infecciones.

Nuestro organismo está constantemente expuesto ante aquellos seres que ocupan el mayor porcentaje del total de vida en todo el planeta. El mundo de los microorganismos como las bacterias, permea en todos los rincones del planeta, hasta en las profundidades más inhóspitas. Por ello la medicina ha desarrollado diversos antibióticos para defenderse de estos pequeños organismos. Pero muchas de estas bacterias siguen siendo resistentes a los fármacos, por lo que los investigadores han estado buscando nuevas formas de antibióticos y sorprendentemente encontraron cientos de ellos en el cuerpo humano.

Docenas de antibióticos naturales

Investigadores de la Universidad de Pensilvania buscaron en el lugar menos obvio para encontrar antibióticos naturales; el cuerpo humano. Utilizaron un algoritmo de ‘búsqueda’ para encontrar docenas de posibles péptidos antimicrobianos (AMP) presentes en el cuerpo humano. Sorprendentemente hallaron docenas de ellos en el proteoma humano, que es como una especie de biblioteca donde se encuentran todas las proteínas producidas por el cuerpo humano.

Encuentran docenas de antibióticos en el cuerpo humano (sin relación con el sistema inmunológico)

La búsqueda primera arrojó cerca de 2,603 resultados que curiosamente no parecían tener una conexión directa con el sistema inmunológico. Por esta razón, el equipo de investigación los denominó como ‘péptidos cifrados’. Luego decidieron cerrar la brecha de búsqueda y seleccionaron 55 de estos péptidos para probar su efectividad contra ocho bacterias patógenas. Entre ellas se encontraban E. coli, Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus que frecuentemente provocan infecciones difíciles de tratar en humanos que incluso pueden resultar peligrosas.

“Descubrimos que el 63.6% de estos 55 péptidos encriptados mostraban actividad antimicrobiana”, explica César de la Fuente, investigador principal. “Curiosamente, estos péptidos no sólo combatieron la infección de algunas de las bacterias más dañinas del mundo, sino que también se dirigieron a organismos comensales del intestino y la piel que son beneficiosos para nosotros. Especulamos que esto podría ser indicativo de un papel modulador de la microbiota que también pueden poseer estos péptidos”.

Resultados prometedores

Los investigadores pusieron a prueba estos antibióticos encontrados en el cuerpo humano y descubrieron que los AMP funcionaron tan bien como los antibióticos ya existentes, sin causar ningún signo visible de toxicidad. Pero no sólo eso, sino que las pruebas también apuntan a que los péptidos encriptados no desarrollarían resistencia en las bacterias, como lo hacen los antibióticos usados en medicina y los resultados son prometedores.

Encuentran docenas de antibióticos en el cuerpo humano (sin relación con el sistema inmunológico)

“Lo que encontramos fue que estas moléculas encriptadas atacan a las bacterias al penetrar en sus membranas externas, un orgánulo integral para la supervivencia”, dice de la Fuente. “Esta penetración de la membrana más dañina requeriría una gran cantidad de energía y múltiples generaciones de mutaciones para crear resistencia en las bacterias, lo que indica que estos péptidos recién descubiertos son buenos candidatos para antibióticos sostenibles”.

Parece que estamos ante una nueva generación de antibióticos naturales que curiosamente provienen del propio cuerpo humano. Lo más extraño es que no están relacionados con el sistema inmunológico, pero podrían decodificarse para utilizarse en nuevos tratamientos contra infecciones bacterianas. El cuerpo humano parece que nunca dejará de sorprendernos.

Referencias:
Torres, M. Melo, M. Crescenzi, O. (2021). Mining for encrypted peptide antibiotics in the human proteome. Nature Biomedical Engineering. DOI

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