Kellog’s, el gigante de los cereales industrializados, se encuentra envuelto en un escándalo luego de que en Estados Unidos se encontrara “la posible presencia de fragmentos de metal flexible de la malla de una planta de fabricación defectuosa” en casi 3 millones de cajas del producto Mini-Wheats.
El peligroso hallazgo fue anunciado por la propia compañía, que comenzó una amplia campaña para recoger el mayor número de cajas afectadas por el descuido (y seguramente evitar millonarias demandas).
Con todo, al tratarse de una empresa trasnacional, el problema va más allá de las fronteras estadounidenses. En México, por ejemplo, una dependencia gubernamental ya pidió a la compañía retirar del mercado el producto en cuestión, especialmente en el estado de Baja California, al norte del país, en donde se distribuyeron poco más de 5 mil cajas de Mini-Wheats, aunque al parecer otras 11 mil permanecen en bodegas que Kellog’s tiene en Querétaro, entidad del centro de México. Asimismo, otro tanto pudo haber llegado a territorio canadiense.
Al menos en Estados Unidos, todavía no hay reportes de personas afectadas por la peligrosa mezcla de trigo y metal.
De acuerdo con Kellog’s, para saber si la caja de Mini-Wheats en tu alacena pertenece a esos tres millones con fragmentos de metal, basta con revisar la fecha de caducidad de la misma: si la sugerencia de consumo va del 1 de Abril de 2013 al 21 de Septiembre de 2013, será mejor que deseches esa caja.
Cabe recordar que ya en 2010 la misma compañía retiró de los almacenes estadounidenses 28 millones de cajas de varios productos (entre ellos Froot Loops, Corn Pops y Honey Smacks) que despedían un raro olor que se atribuyó a una deficiencia en su empaque.
El incidente invita a reflexionar sobre el riesgo que supone consumir alimentos sumamente industrializados como los cereales Kellog’s, que pasan por decenas de procesos antes de llegar a tu mesa, cada uno de los cuales aumenta un poco la probabilidad de que sucedan accidentes como este que, en última instancia, solo afectarán a quien verdaderamente sostiene esta peligrosa cadena: el consumidor final.
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[Gawker]