Quizá la frase que dice que “somos polvo de estrellas” pueda sonar a un discurso romántico sin objetividad, pero resulta que podría resultar muy cierto. Un análisis de la Universidad de Northwestern descubrió que la mitad de los átomos de nuestro cuerpo proceden de una galaxia sumamente distante.
Los procesos cósmicos son todavía un misterio para los astrofísicos que cada día descubren más hechos sorprendentes sobre el Universo. Un grupo de investigadores de la Universidad de Northwestern utilizaron simulaciones de supercomputadora para descifrar cómo las galaxias obtuvieron su materia. Así descubrieron que las explosiones de supernovas, que son estrellas masivas, expulsan grandes cantidades de gas que van a parar a millones de años luz de distancia. Además, estos átomos provenientes de las estrellas, son transportados de una galaxia a otra a través de los vientos galácticos.
Simulación de la transferencia galáctica
A este fenómeno recientemente identificado se le conoce como transferencia intergaláctica y juega un papel importante en la composición y evolución de las galaxias.
“Es probable que gran parte de la materia de la Vía Láctea estuviera en otras galaxias antes de que fuera expulsada por un poderoso viento, viajara a través del espacio intergaláctico y finalmente encontrara su nuevo hogar en la Vía Láctea”.
Cabe destacar que a pesar de los fuertes vientos que propagan los átomos a cientos de kilómetros por segundo, las galaxias se encuentran a distancias sumamente separadas. Así que este proceso de intercambio de átomos toma miles de millones de años para finalmente conformar nuevas galaxias.
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A través de simulaciones por computadora, el equipo pudo observar la evolución de una pequeña galaxia en nacimiento justo después del Big Bang, hasta la actualidad. Al rastrear con gran detalle los flujos complejos de materia dentro de la simulación, el equipo descubrió que el gas fluye de galaxias más pequeñas hacia galaxias de mayor tamaño, justo como pasó con la Vía Láctea. Una vez en su nueva galaxia huésped, los átomos de gas pasan a formar estrellas. Y sorprendentemente para los investigadores, los datos obtenidos sugieren que esta transferencia puede representar hasta el 50% de la materia de las galaxias más grandes.
Inmigrantes extragalácticos
“En nuestras simulaciones, pudimos rastrear los orígenes de las estrellas en galaxias similares a la Vía Láctea. Y determinar si la estrella se formó a partir de materia endémica de la propia galaxia o si se formó a partir de gas previamente contenido en otra galaxia”. Explicó Daniel Anglés Alcázar, autor del estudio.
De esta manera concluyeron que la Vía Láctea pudo haber obtenido la mitad de su materia a partir de la transferencia galáctica. En ese sentido la aseveración de que somos polvo de estrellas no resulta tan descabellada. Llevamos el polvo cósmico en nuestras venas y en toda la composición corpórea, los átomos de nuestro cuerpo proceden de una galaxia a la distancia.
“Dado que gran parte de la materia a partir de la cual formamos puede provenir de otras galaxias, podríamos considerarnos viajeros espaciales o inmigrantes extragalácticos”, concluye Anglés Alcázar.