A finales de 2017, la embajada de Estados Unidos en La Habana, Cuba, retiró de la isla a gran parte de su personal no fundamental a causa de un misterioso malestar: tenían dificultades auditivas y cognitivas, provocadas por un agente desconocido. Los medios y el gobierno llegaron a suponer que se trataba de un “ataque sónico”, provocado por algún tipo de arma hasta entonces desconocida.
Sin embargo, la explicación parece ser mucho más sencilla. Dos científicos analizaron las grabaciones del personal de la embajada, y concluyeron que puede tratarse del zumbido del grillo de cola corta, o grillo caribeño, muy común en la isla y en todo el Caribe.
Alexander L. Stubbs del Departamento de Biología Integrativa de la Universidad de California en Berkley, y Fernando Montealegre-Zapata, de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad Lincoln de Inglaterra, contrastaron grabaciones divulgadas por la agencia noticiosa AP del ruido de la embajada con una base de datos de diversos insectos:
Grillo caribeño (antimperialista)
“La canción de llamada del grillo de cola corta de las Indias (Anurogryllus celerinictus) coincide, con detalles matizados, con la grabación de AP en cuando a la duración, la frecuencia de repetición del pulso, el espectro de potencia, la estabilidad de la frecuencia del pulso y las oscilaciones”.
Aunque el trabajo no ha sido publicado aún en ninguna revista científica, los investigadores afirmaron que las grabaciones mostraron una caída de frecuencia en los pulsos individuales, lo que constituye una evidencia acústica suficiente para afirmar que se trata de los grillos, y no de un arma “sónica”, como se dijo en años anteriores.
[related]Los científicos también señalaron que los sonidos de los grillos “no son físicamente peligrosos y no constituyen un ataque sónico”, aunque previnieron sobre que no puede descartarse un ataque de otro tipo que pueda explicar los malestares del personal de la embajada, que iban desde mareos y ansiedad hasta confusión mental.
El incidente muestra que la naturaleza puede intervenir de formas insospechadas en las relaciones diplomáticas entre países en pugna. Aunque Estados Unidos normalizó sus relaciones con Cuba durante la presidencia de Barack Obama, la administración de Donald Trump atacó al gobierno cubano por el incidente, e incluso expulsó a diplomáticos cubanos de sus sedes en Estados Unidos como represalia.