En las profundidades de las selvas húmedas de Centro y Suramérica, habita una criatura muy especial que dista mucho de todo semejante a él. Un murciélago que asemeja una bola esponjosa de algodón blanco, así es el murciélago fantasma, un diminuto quiróptero que muestra sus maravillosas características a través de su vuelo.
El murciélago blanco (Diclidurus albus) también llamado fantasma, prefiere vivir una vida solitaria bajo el cobijo de las hojas de palma. Y al igual que sus parientes, también se refugia en las cavernas más oscuras para encontrar un poco de tranquilidad. Se extiende desde México hasta Brasil, incluso existe registros de avistamientos que aseguran que también se extiende por el Caribe, en las islas de Trinidad.
Una bola de algodón esponjosa
El aspecto de este ser esponjoso no es muy común, es de un blanco nuboso con toques rosados en el rostro, manos y cuello. Parece más bien una bola de algodón, aunque con ojos muy grandes y orejas más pequeñas de lo habitual para los murciélagos. En promedio, son bastante pequeños con tan sólo 10 centímetros de largo. No obstante, la envergadura de sus alas es considerablemente muy visible, tomando en cuenta su diminuto tamaño. Llegan a medir alrededor de 32 centímetros cuando extienden sus alas de par en par.
La piel de sus alas generalmente adopta una coloración traslúcida que tiende más hacia el rosado de su rostro, que el blanco nuboso de su cuerpo. Sus orejas son muy pequeñas tomado en cuenta el tamaño de las orejas de sus parientes y son de hecho, la única parte de su cuerpo que destaca por su cambio en la tonalidad. El murciélago blanco o murciélago fantasma, tiene en realidad unas orejas de coloración amarillenta.
Cuando se encuentra con sus alas retraídas, el murciélago blanco parece más bien una bola esponjosa de algodón. Es difícil distinguir su anatomía en esta posición, ya que es tan diminuto que con todo y su distintivo abrigo nuboso, llega a pesar tan sólo 16 gramos. Cuando extiende sus alas es más sencillo imaginar que se trata de un murciélago por la forma característica de sus extremidades, aunque dista de otros de su especie por su color.
Un criatura solitaria
No se sabe mucho sobre este misterioso volador, no hay mucha información sobre su comportamiento, por lo que su reproducción es un misterio para los estudiosos de la naturaleza. Se piensa que vive de manera solitaria en las zonas urbanas y en grupos de hasta 100 de ellos, en los lugares donde su hábitat es virgen. Lo que sí se conoce es su alimentación, se sabe que suelen cazar insectos nativos. Se les ha visto cazar sobre la superficie del agua o en espacios a la intemperie.
Sin duda se trata de uno de los murciélagos más distintivos. Con su diminuto tamaño y su coloración blanquecina, el murciélago fantasma se gana la contemplación de los humanos por su semejanza con una bola esponjosa de algodón.