El estrés de la vida diaria puede afectar nuestra salud tanto física como emocional, por lo que es importante ofrecernos pequeños placeres que nos autorregulen interna y externamente. Desde la capacidad de disfrutar cada alimento o tener un lapso de tiempo para ejercitarse, meditar, realizar introspección, descansar y realizar actividades productivas hasta contar con acercamientos con una creencia cosmogónica, así como con la misma naturaleza.
Esta homeostasis podría lograrse en la medida en que respetemos tanto nuestro cuerpo y el de los demás como el de la naturaleza. Por ello, en los momentos en los que decidas acercarte a la naturaleza, es importante que conozcas los cuidados necesarios:
Primero, no dejes ningún rastro de tu presencia. Cuida el medio ambiente y la vida silvestre, para lo cual lleva contigo una bolsa para tirar los restos de la comida, envases y demás basura. Somos invitados de la naturaleza, por lo que habremos de comportarnos como tales.
Segundo, sigue los senderos. Al evitar entrar a zonas verdes, reducimos el riesgo de peligro tanto de la naturaleza como de nosotros mismos.
Tercero, evita fumar o hacer fogatas. Una colilla mal apagada puede provocar un incendio, originando una catástrofe ambiental (sin tomar en cuenta la contaminación ocasionada).
Recuerda que la naturaleza es nuestro hogar, por lo que requiere de cuidados específicos para mantenerse lo más saludable posible ya que, de ese modo, nuestro estilo de vida también gozará de sus beneficios.
Fotografía principal: Adrian Senn