8 tips para lidiar con alguien que no soportas

8 tips para lidiar con alguien que no soportas

No hay que pasarse la vida queriendo agradarle a todos… Pero, como tampoco se puede interactuar sólo con las personas que nos agradan, estos consejos pueden ayudarte a reforzar tu comunicación.

Las relaciones personales se despliegan en un amplio espectro, desde nuestros seres queridos y amigos favoritos, hasta aquellos que hacen que nos hierva la sangre.

Habrá aquellos a quienes no toleramos porque en su presencia nos sentimos envidiosos, disminuidos o nerviosos. Habrá otros que, simple y sencillamente, son individuos desagradables, poco considerados, testarudos, o aferrados a ideas o creencias que no compartimos. O simplemente, son gente que nos hirió de un modo que jamás podremos perdonar.

Sea que tengas que lidiar con un colado en la recepción del día de tu boda, un jefe que a la menor interacción te hace salir gritando entre dientes, o el día a día inevitable con la persona que te traicionó, aquí te compartimos ocho consejos que te servirán como herramientas para entablar relaciones más sanas con lo que no te gusta de otra persona:

  • Ten un plan y repásalo. Sin ser rígido con que las cosas salgan tal y como lo pensaste, plantéate una estrategia para darle estructura a tus interacciones con personas difíciles. ¿Cuánto va a durar la reunión o el encuentro? ¿Qué puedes responder como salida de escape? ¿Cómo cambiar de tema o dar por terminada la conversación civilizadamente? Como cualquier otro proyecto que podría salir mal, imagina diversos escenarios y las posibilidades de respuesta.
  • Practica el autocuidado. A todos nos ha pasado que si dormimos mal o poco, podemos reaccionar más defensivos. Cualquier relación tensa se complica si tu energía y aguante andan de capa caída, o no has hecho suficiente ejercicio. Si hay un adversario con el que tienes que chocar en este momento de tu vida, prepárate como un atleta de alto rendimiento: come bien, duerme bien, pon atención, medita. En pocas palabras, sé tu propio coach; esto te dará fortaleza y resiliencia en tiempos adversos.
  • Mantén una atención plena en tus reacciones físicas. Las personas que conocen mejor su cuerpo son las que reaccionan de forma menos impulsiva en días difíciles o entornos complicados. Cuando te enojes, ponle atención a tu cuerpo: ¿En qué parte de tu cuerpo comienza la ira? ¿Sientes fuego en la cara, en el pecho? ¿Se crispan tus músculos, aprietas la mandíbula…? ¿Cómo se manifiesta la ansiedad en tu cuerpo: la respiración se acelera, se te retuerce el estómago, te cosquillean las manos o te duele el cuello? Todos estos síntomas tienen un antídoto: respiración diafragmática, estiramiento y ejercicios para el cuello o técnicas de relajamiento.
  • No lo vuelvas algo personal. A veces, un individuo nos desagrada por cómo nos hace sentir con nosotros mismos. Nos sentimos rebajados, juzgados, insuficientes o insultados. Es normal que alguien no nos guste o que le caigamos mal a otros, pero ¿qué tal separar la forma en que otros juzgan de la manera en que pensamos acerca de nosotros mismos? ¿Qué tal si eres capaz de ver que el enojo y las críticas de algunas personas no tienen que ver contigo sino consigo mismos? Los odiosos siempre encuentran un blanco que odiar (haters hate), y habrá veces que le caigas mal a alguien no por lo que tú eres sino por aquello en lo que ellos se han convertido.
  • Recuerda que eres alguien querido. Reenmarca tu círculo de confianza. Visualiza a alguien que te cuida y te ama. Se ha probado que esto neutraliza el impacto negativo de los individuos amenazantes, las relaciones tensas o las situaciones complicadas. La próxima vez que tengas que enfrentar a alguien que no te deja bajar la guardia, mejor visualiza una compañía que te transmite seguridad; esto ayudará a que las cosas no vayan de mal en peor y los conflictos no escalen en intensidad.
  • Trata poner en práctica la compasión. Esto es una técnica mental que procura que en vez de que te dejes atrapar por pensamientos vengativos y resentimiento, le envíes compasión a tus enemigos o antagonistas; tal vez son quienes son porque alguno de sus padres está muy enfermo, se están divorciando o tuvieron una infancia con carencias afectivas.
  • Apégate a tus límites. Ten claros tus límites, lo que para ti es aceptable o inaceptable. No puedes controlar el comportamiento de otros, pero sí el tuyo. Establece lo que no quieres que pase en las interacciones difíciles; esto es crucial para que no te dejes infectar durante horas, días o meses con los malos modos de otros.
  • Establece alianzas. Si tienes que lidiar con alguien difícil o que te desagrada lo deseable es que tengas al menos un aliado cerca, alguien que te dé confianza y reconforte. No tiene que ser alguien con quien estés involucrado afectivamente; puede ser un colega que te distraiga después de una discusión.
  • Para la mayoría, lo ideal sería interactuar sólo con gente que nos gusta, algo que no es realista ni una postura muy madura. Esta creencia puede incrementar la polarización política o el “tribalismo” en nuestra sociedad, además de que es completamente impráctica. Intenta poner en práctica estos ocho consejos, y no te pases la vida queriendo agradarle a todos.

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