La interpretación de Roma de Slavoj Žižek

La interpretación de Roma de Slavoj Žižek

La interpretación de Roma de Slavoj Žižek

Alfonso Cuarón sigue estremeciendo al mundo entero con Roma, película que le ha valido dos Critic’s Choice Awards y que es una candidata segura para los Óscares. Casi nadie se ha aguantado las ganas de opinar sobre el filme en redes sociales: todos tienen su propia interpretación, desde Guillermo del Toro hasta tu tía.

Ahora, el controvertido filósofo Slavoj Žižek le ha entrado a la discusión como sólo él podría: afirmando que todos estamos mal. En su reseña, publicada por la revista The Spectator, el esloveno comienza diciendo que Roma le dejó un mal sabor de boca:

Sí, la mayoría de los críticos está en lo correcto al celebrarla como un clásico instantáneo, pero no puedo sacarme de la cabeza que esta percepción está sostenida por una aterradora, casi obscena malinterpretación, y que la película está siendo celebrada por todas las razones equivocadas.

Žižek procede a resumir brevemente la trama de la película, al mismo tiempo que critica sus lecturas más comunes. Cleo, la protagonista interpretada por Yalitza Aparicio, es una empleada doméstica de una familia de clase media-alta en la década de los 70. Su personaje ha sido celebrado por la humildad con la que se entrega a las personas que la emplean. Para el filósofo, esto es un foco rojo:

¿Podemos realmente reducirla al objeto de afecto de una familia mimada de clase media-alta, que la acepta como parte de sí misma sólo para explotarla mejor, física y emocionalmente?

La bondad inherente a Cleo es una trampa que se revela sutilmente a través del filme. Como detalla: 

Hay una crítica implícita a su dedicación, que es más bien resultado de su ceguera ideológica. Me vienen a la mente las disonancias obvias en el trato de la familia hacia Cleo: inmediatamente después de demostrarle su amor y hablarle ‘como a un igual’, le piden que se encargue de alguna labor doméstica o que les prepare algo.

Žižek procede a describir una escena específica de Roma: Sofía, la madre de familia, destruye el Ford Galaxy de su marido como venganza por su infidelidad. Mientras que ella puede darse el lujo de actuar así desde su posición económica dominante, Cleo debe seguir con su trabajo, a pesar de enfrentarse a situaciones mucho más traumáticas.

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Cerca del final de Roma, Cleo salva a los hijos de esta familia de ahogarse en el mar. Este acto heroico se considera el punto más dramático del filme, pero al esloveno le llama la atención la composición de la toma:

La forma (en que se filmó) ignora por completo este contexto dramático. No hay un intercambio de tomas entre Cleo y los niños que salva, nada de tensión dramática entre el peligro de los chicos y su esfuerzo por salvarlos, ninguna toma que nos muestre lo que ella ve. Esta extraña inercia de la cámara, su renuencia a involucrarse en el drama, refleja de forma palpable el extrañamiento de Cleo ante su rol patético de sirvienta leal, lista para sacrificarse.

¿Qué quiere decir esto? Que las acciones de Cleo, por más sinceras que parezcan, realmente son el fruto de la explotación a la que está sometida. Para el filósofo, el afecto que esta familia de clase media-alta le profesa es falso; es parte de la trampa que la esclaviza.

¿Cleo estará destinada para siempre a ser explotada? Žižek encuentra un atisbo de emancipación en la última escena del filme. Después de salvar a los niños en la playa, Cleo regresa a la casa de la familia. Ahí se encuentra con Adela, otra de las trabajadoras domésticas, y le dice que “tiene mucho que contarle”:

Tal vez esto significa que Cleo se está preparando para salir de la trampa de su propia bondad, haciéndose consciente de que su entrega desinteresada a la familia es la forma misma de su servidumbre. En otras palabras, la indiferencia total de Cleo ante las preocupaciones políticas, su dedicación al servicio, es la forma misma de su identidad ideológica, es como ella ‘vive’ su ideología. Tal vez explicarle su predicamento a Adela es el principio de su ‘conciencia de clase’, el primer paso que la hará unirse a la gente que protesta en las calles. Una nueva figura de Cleo surgirá de esta manera, una mucho más fría e implacable -una Cleo liberada de sus cadenas ideológicas-.

¿Tiene razón Žižek, o está delirando? ¿Qué opinas?

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