Entre las exóticas especies imaginadas por laciencia ficción, los hombres y monstruos anfibios son de los más fascinantes. El hecho de que una criatura con forma humana sea capaz de interactuar con dos mundos es una analogía reveladora. O acaso un anhelo humano de evolucionar como esta especie híbrida, que todavía mantiene una conexión con su origen, el agua.
Este fantástico personaje –que, por cierto, ha estado muy presente en las pantallas de cine– es el arquetipo perfecto para hablar sobre la experiencia psicodélica humana.
Y no, no se trata de drogas, sino de lo que algunas experiencias detonan en la psique humana; por ejemplo, el encuentro con civilizaciones inteligentes parecidas a la nuestra (¿un anfibio con forma humana?).
No sabemos cómo fue, pero muchos afirman que la conquista de América fue una suerte de despertar de la conciencia parecido, un alumbramiento para aquellos foráneos que aún se creían los únicos en el planeta. El encuentro con esos otros humanos dio como resultado el mestizaje no sólo de razas y culturas sino también de visión y pensamiento.
Pero, ¿qué pasa cuando estas experiencias son vistas por personajes que ignoran y que temen a lo desconocido? ¿Qué pasa cuando esos hombres experimentan cara a cara un encuentro con una especie parecida a la suya, con cualidades carnívoras y territoriales, y con el mismo sentido de la guerra?
Sin duda, el encuentro con esas criaturas de inteligencia superior a la de cualquier otro animal podría ser también lo opuesto a una revelación psicodélica disfrutable: una suerte de terror de ciencia ficción, o la nueva película del director Xavier Gens: La piel fría.
La piel fría es esa dramática historia de horror donde los demonios internos del ser humano y el miedo a lo desconocido construyen el peor de los escenarios posibles. Una isla desierta y un puñado de criaturas con formas humanas construyen la metáfora de los infiernos humanos: el escenario del que nunca puedes escapar.
Uno podría entablar fácilmente correlaciones entre un anfibio –aquel animal que vive entre el agua y la tierra– y un ser humano –que no puede evitar coexistir entre el sueño y la vida–. Sin embargo, más allá de metáforas, La piel fría nos revela un paisaje más extraordinario: una guerra entre dos especies animales y carnívoras.
Una lucha a sangre fría, una disputa por el territorio, la guerra interior entre uno y el otro yo; esto es lo que podrás experimentar en las salas de cine el próximo 15 de junio, con un filme destinado a ganarse a los fans de la ficción y la oscuridad de la literatura.
De manera que los cuentos de ciencia ficción sobre anfibios humanoides podrían no estar tan lejos de la fantasía como creemos; de hecho, podríamos estar imaginando a esa criatura –el anfibio– como un “espejo”, el espejo de nuestros propios dilemas interiores. Si quieres llamarlos infiernos mentales, será bajo tu propio riesgo.
No te pierdas esta estremecedora historia en pantalla grande, que se estrenará este 2 de agosto en todas las salas Cinépolis.
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