En abril, un admirable grupo de ciclistas de Seattle decidió tomar acciones para remarcar lo importante que es garantizar la seguridad de ciclistas, y a la vez, lo fácil que es hacerlo. El grupo, que se hace llamar los Reasonably Polite Seattleites, invirtió $350 USD y un poco de trabajo manual gratuito para instalar torres reflectantes a lo largo del carril para bicicletas de Cherry Street.
La intención de este grupo no era dedicarse a mejorar las calles de Seattle al hacerlas más seguras para los ciclistas y conductores, más bien, era llamar la atención del gobierno —cosa que lograron. Después de instalar las torres con almohadillas desmontables, el grupo escribió una carta al Departamento de Transporte de la ciudad, explicando que las torres eran necesarias ya que mejoraban el tránsito al advertir a los conductores que debían respetar el carril para bicicletas, y además, prevenían que autos y camiones se estacionaran en él.
El gobierno respondió a dicha manifestación pacífica y removió las torres de los ciclistas para instalar unas permanentes de menos altura (ya que estás les ofrecían a los ciclistas más espacio).
Los Reasonably Polite Seattleites ejemplifican el potencial de una iniciativa ciudadana; demostraron que el papel de toda persona es mejorar el espacio en el que viven, e inspiraron al gobierno a actuar, siguiendo su ejemplo.
[Treehugger]