Más allá de ser las molestas etiquetas en tu fruta, los códigos y etiquetas que encuentras en estos alimentos tienen un importante rol. Tal vez después de este artículo te detengas a mirar dos veces el código que aparece en la manzana, el plátano o la sandía que estás por comprar, pues esos números están ahí por características específicas.
Una codificación clara se hace presente tanto en frutas como en vegetales, al igual que en el resto de los productos que suelen estar empaquetados. Una etiqueta nos puede decir mucho sobre lo que estamos consumiendo y los efectos que puede tener en la salud, tanto positivos como negativos. Pero…
¿Qué significan los códigos en las frutas?
La primera distinción radica en el número de dígitos en el código…
Si el código tiene 4 dígitos significa que el proceso de cultivo y siembra de esa fruta se produjo de manera convencional. Estos casi siempre inician con el número 3 o 4, pero si cuentan pesticidas.
Si el código es de 5 dígitos entonces hay dos opciones: los que inician con un número 8 que indican que la fruta fue modificada genéticamente. Mientas que el que inicia con el número 9 se refiere a todas esas frutas o verduras cultivadas sin pesticidas ni fertilizantes, es decir, las orgánicas.
Para qué sirve el código
Además de revelarte el proceso de creación de ese alimento, el código PLU (Price Lookup, en inglés) ayuda a que los supermercados y otros sitios de difusión de alimentos pueda tener un control del inventario de frutas y verduras.
Asimismo, ayuda a determinar los precios para cada producto. De acuerdo con la Federación Internacional para los Estándares de Productos (IFPS), los códigos son una manera de ayudar a distribuidores y consumidores en la identificación de productos con diversas características como frescura, tamaño, variedad o cultivo.
Pero, ¿es éste sistema infalible? ¿Aplica en toda América Latina?
El problema con este etiquetado es que las multinacionales evitan ponérselo a sus cultivos propósito, a sabiendas de que los consumidores no queremos comprar alimentos modificados. Y como el etiquetado no es ninguna medida obligatoria sino meramente técnica, pueden hacerlo sin que nadie haga nada.
Por ello es mejor que evites también las frutas que están marcadas como “convencionales”, pues son éstas los que pueden ser “modificadas encubiertas”. En ese sentido es importante no comprar cultivos exportados que empiecen con el dígito 4. Porque en frutas como las manzanas, por ejemplo, casi siempre que se lee USA su etiqueta empieza con el dígito 4 (es decir, rara vez son libres de transgénicos).