No hace falta escuchar un concierto entero para vernos cautivados por el sonido. La música suele ser un estímulo natural e inmediato para nuestro cerebro, nos hace sentir bien y activa la mente, por eso la amamos tanto. En un nuevo estudio se analizó la posible sincronización de nuestros cerebros con los músicos y se encontró lo siguiente.
Los patrones cerebrales de oyentes y músicos parecen volverse uno mismo. En el momento en el que el cerebro comienza a escuchar una canción, la mente se conecta y crea una red alineada temporalmente, a través de la cual el público es capaz de percibir las intenciones de los músicos.
La conexión musical en el cerebro y más allá
En el artículo publicado en SciencieDirect, los investigadores afirman que monitoreando el flujo sanguíneo mediante la luz se pudo analizar el cerebro de un violinista durante 100 segundos. Después, se usó la misma técnica para monitorear a 16 personas de la audiencia mientras veían al violinista.
Aquí se encontró una concordancia entre el cerebro del músico y el de las 16 personas. Todos mostraron la misma actividad en áreas que se encargan de procesar el ritmo de los sonidos y de administrar las reacciones a procesos sociales. Además, poco después de que el concierto había avanzado se captaron señales de que en los cerebros se activaban mecanismos de apreciación.
“Este estudio amplía nuestra comprensión de la apreciación de la música. Los hallazgos sugieren que la sincronización neuronal entre la audiencia y el intérprete podría servir como un mecanismo subyacente para la recepción positiva de la interpretación musical” -se señala en el artículo.
Por ahora, los resultados indican que la música tiene una gran influencia en la mente a nivel personal y colectivo. Parece que los sonidos nos unen más de lo que pensábamos e incluso nos hacen disfrutar más allá de lo que nuestros oídos perciben.