La iniciativa de crear una pequeña utopía que funcione como modelo para las grandes ciudades dio como resultado Arcosanti; una ciudad compacta que demuestra que la congruencia urbana con la naturaleza sí es viable. Arcosanti se encuentra en la mitad de Arizona y se puede visitar con fines turísticos, o para acudir a seminarios o conferencias sobre diseño del paisaje urbano habitable.
Tomando como premisa principal que la ciudad es donde la evolución sucede, un grupo de 7,000 voluntarios, liderados por el arquitecto Paolo Soleri, se reunieron para dar vida a esta maqueta. Arcosanti es lo más parecido a un cuento de ciencia ficción, sobretodo en las construcciones que parecen naves espaciales perfectamente orgánicas y habitables.
Paolo Soleri es creador de la llamada “arcología” (unión de arquitectura y ecología), que tiene una visión mucho más plausible para las ciudades del futuro. Una visión que no trata de “reformar” la catástrofe ambiental que generan las ciudades, sino reconfigurarlas desde el origen:
“Ponemos paneles solares en una casa familiar pero no podemos cambiar el efecto de construcciones ineficientes o el inherente consumismo de moverse por los suburbios. Compramos automóviles híbridos pero no podemos conducimos en los embotellamientos de tráfico todos los días. Compramos productos de limpieza ecológicos pero seguimos con el mismo híper consumismo que la expansión demanda. Estas mejoras producen una equivocación de mejor tipo.”
Soleri propone una reformulación de todo lo que hacemos para diseñar hábitats que vayan a la raíz del problema. Desde su punto de vista, lo más importante que debe tener una ciudad es limpieza.
“En la naturaleza, un organismo evoluciona mientras aumenta en complejidad y también se vuelve un sistema más compacto o miniaturizado. Una ciudad debe funcionar similarmente como un sistema vivo. La arcología, arquitectura y ecología como un proceso integral es capaz de demostrar una respuesta positiva a los muchos problemas de la civilización, población, polución, energía y el desgaste de recursos naturales, escasez de comida y calidad de vida urbanas. La arcología reconoce la necesidad de una reorganización del esparcimiento del paisaje urbano hacia ciudades densas, integrales y tridimensionales, para apoyar las complejas actividades que sostienen a la cultura humana. La ciudad es el instrumento necesario para la evolución del ser humano”, apunta Salori.
La ciudad ecológica (y utópica) de Arcosanti se muestra como un laboratorio urbano de aprendizaje, tanto para sus habitantes como para quienes la admiramos desde fuera. Un territorio donde la reorganización radical del entorno urbano no es solo promesa, sino advertencia de que muy pronto el mundo avanzará hacia allá.
*Imágenes: 1) John Burcham para The New York Times; 2) WeTransfer newsroom; 3) Cool Hunting; 4) Arcosanti.org