¿Quién no se preocupa por su salud? La “salud perfecta”, por dentro y por fuera, no sólo es asunto de belleza. Hacer ejercicio, comer lo más sano posible y comenzar a cuidar hábitos nocivos son prácticas que sirven para invertir en una calidad de vida más perdurable.
La Universidad de Harvard le pidió a I-Min Lee, una de sus especialistas en actividad física, que hiciera una valoración de las mejores prácticas físicas para proteger el corazón y el cerebro, los órganos que mantienen la juventud. La también experta en prevención de enfermedades crónicas, ha declarado que para tener un buen cuerpo y una buena salud no hace falta deporte extremo, tan sólo una dosis de actividad física básica.
A continuación, los cinco ejercicios para la salud perfecta:
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Natación
Este deporte pone a trabajar todos los músculos, eleva el ritmo cardíaco y mejora la circulación. Nadar es bueno para las personas que padecen artritis, ya que las articulaciones no tienen que cargar peso.
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Tai chi
Arte marcial chino y meditación en movimiento. Practicado de forma lenta, mejora la concentración y la respiración profunda. Sin importar la edad y condición, este es un ejercicio óptimo para cualquier persona.
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Pesas
Entrenar con pesas involucra cargar. Para músculos fuertes, mucho peso y pocas repeticiones. Con una efectiva rutina de 7 minutos verás la diferencia. Especialmente en los adultos, hacer esto dos o tres veces por semana y con constancia incrementa la salud considerablemente.
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Caminar
Mucho se ha escrito sobre esta acción; caminar es medicinal: hacerlo 30 minutos al día beneficia a los músculos y el cerebro. En adultos de 60 a 88 años que han llevado esto a cabo durante 12 semanas han mejorado las conexiones neuronales, especialmente en regiones que se relacionan con la pérdida de la memoria. Además, caminar ayuda en casos de depresión severa.
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Ejercicios Kegel
Práctica ancestral para hombres y para mujeres. Esta técnica fortalece la zona del perineo y los músculos pélvicos: la zona rectal, el útero (en el caso de las mujeres), la próstata (en el caso de los hombres), la vejiga, las cavidades intestinales, el recto y los órganos sexuales. Esto mejora la salud sexual y previene la incontinencia.