En un reciente estudio de la Organización Mundial de la Salud –OMS– se anunció que el excesivo calor de algunas bebidas como el café y el té son causa de cáncer en el esófago. Si bien se procuró enfatizar que las bebidas no son en sí mismas cancerígenas si se sirven en temperaturas normales, la realidad es que esto ha creado un impacto en el mundo tanto científico como civil.
Hace aproximadamente 25 años, la OMS clasificó al café como un posible cancerígeno; sin embargo, en la investigación actual se ha descubierto que no es el café, sino la temperatura considerablemente elevada la causa principal del cáncer en el esófago. De hecho, para llegar a esa conclusión, 23 científicos de la International Agency for Research on Cancer –IARC– de la OMS, revisaron más de 1 000 estudios sobre la relación entre el cáncer y el café, reportando que “había una evidencia insuficiente sobre la cancerogenicidad de beber café.”
Por otro lado, se encontró una correlación significativa entre la incidencia de cáncer y la temperatura alta de la bebida –aunque no se llegó a definir con precisión cuánto equivale el “excesivamente caliente”–. Esto no significa que el café se convierta en cancerígeno una vez calentado a temperaturas altas, sino que es el calor lo que escalda la garganta facilitando la formación de tumores y, en consecuencia, cáncer.

Y es que de hecho, según la data del American Institute for Cancer Research, las nuevas investigaciones sugieren que el café realmente es un protector del desarrollo de algunos cánceres, enfermedades del hígado, entre otras. Sin embargo, como en todo, hay que beber café en medidas que no afecte a la globalidad del cuerpo; en caso que te interese saber cuánta cafeína es suficiente para tu cuerpo, dale click aquí. De hecho, moderar el consumo del café permite prevenir la tensión cardíaca elevada y controlar el consumo de glucosa en personas con diabetes.
