Hace eones, dos de nuestras galaxias satélites se cerraron en un juego cósmico casi bélico. Sus interacciones gravitacionales fúricas arrancaron una gran franja de gas caliente material potencial para formar estrellas, que ahora rodea la mayor parte del hemisferio sur de nuestra galaxia.
La llamada Corriente Magallánica toma su nombre de sus progenitores, las galaxias enanas conocidas como Nubes de Magallanes.
Los científicos se preguntan cuál es el curso de la Corriente Magallánica; es posible que la franja eventualmente caiga en nuestra Galaxia, causando un frenesí de formación de estrellas.
Esta imagen, tomada con el telescopio Hubble de la NASA, muestra la larga cinta de gas descubierta en un radio de longitud de ondas en los 70, en tonalidades rosas contra una vista panorámica del cielo a través del plano de la Vía Láctea. Las Nubes de Magallanes, ambas galaxias enanas satélites de la Vía Láctea, se observan cerca de la punta del lado derecho de la franja. Los resultados indican que el mayor parte del material de la franja proviene de la Pequeña Nube de Magallanes. La Corriente Magallánica es muy probablemente resultado de las interacciones de la marea gravitacional de las dos galaxias enanas hace unos 2 billones de años. La Pequeña Nube de Magallanes perdió más material debido a que tiene una masa mucho menor a la Gran Nube de Magallanes.
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