En la Escandinavia del Medievo, el humano solía contar con una relación muy íntima con la naturaleza, lo cual dio como resultado el desarrollo de una especie de comunicación entre el mundo tanto animal como vegetal y el Hombre. Se le llamó kulning, y se solía usar principalmente para llamar a animales y criaturas que se encontraban a largas distancias; principalmente a los animales de pastoreo, como las vacas y cabras. Inclusive, se dice, ayudaba a asustar a los depredadores como los lobos y osos.
Estos cantos solían ser cantados por las mujeres, quienes se encargaban del pastoreo en las montañas. Se dice que los kulnings se solían hacer en el valle, resonando en las paredes montañosas de los bosques y provocando que numerosos animales, según fuera el tono del canto, regresaran a la granja.
Jonna Jinton, blogguera, fotógrafa y artista, decidió retomar la belleza de los cantos y, con su voz cristalina, congregó a un ganado como si fuese un elfo recordando los sonidos de los tiempos antiguos: “En medio de una brillante noche de verano salí a llamar para las vacas. Y vinieron corriendo, junto con 1 millón de mosquitos 🙂 ¡Qué noche más mágica!”, comentó al final.
Te compartimos la belleza hipnótica del kulning: